El aceite usado es uno de los residuos que debemos gestionar de forma correcta si queremos evitar que termine contaminando el medio ambiente. Por suerte, los aceites usados en la cocina, tienen muchos más usos de los que podemos pensar en un principio. Por lo general, es muy habitual usarlos en la elaboración de jabones naturales. Sin embargo, otra de las opciones es convertirlos en velas, lo que se logra a partir de la mezcla del aceite usado y unos ingredientes concretos.
Ingredientes para hacer velas caseras con aceite reciclado
Los ingredientes para la elaboración de velas caseras con aceite reciclado son fáciles de conseguir. Hay que tener en cuenta que, según la formulación que usemos, podremos encontrar versiones diferentes en la elaboración de las velas caseras. En este caso, usaremos cera de soja de baja fusión, que es el ingrediente que, probablemente, resulte más complicado de obtener de esta lista, aunque se puede conseguir con facilidad en tiendas especializadas o en Internet. De este modo, los ingredientes que necesitas para hacer velas caseras con aceite reciclado son:
- 400 gramos de aceite reciclado (por lo general será el aceite de la cocina).
- 85 gramos de cera de soja de baja fusión.
- 50 centímetros de mecha para velas.
- 20 gotas de aceite esencial aromático (escoger el olor que más guste).
- 4 recipientes para colocar las velas (se suelen reutilizar los envases de cristal de yogures).
Cómo hacer velas caseras de aceite reciclado – receta
- Una vez que tengamos todos los ingredientes que vamos a necesitar, lo primero que habrá que tener en cuenta es que se deberán filtrar los restos de alimentos u otros residuos presentes en el aceite. Para ello, filtraremos el aceite con un colador, que deberá ser lo más fino posible. Una vez que tengamos el aceite limpio, podremos empezar a trabajar con él. Así, estos son los pasos para hacer velas caseras con aceite reutilizado:
- Limpia el aceite.
- Corta las mechas para tener cada una de las que vas a colocar en los distintos recipientes. Se recomienda ser generosos con la mecha. Es decir, que será mejor que sobren un par de centímetros a que falten. Esto nos permitirá estar seguros de que la mecha no se quede corta.
- Calienta la cera de soya en el microondas o al baño maría hasta que se disuelva.
- En este punto, introduce las mechas en la cera para que se bañen por completo y déjalas secar estiradas en una superficie no porosa (por ejemplo papel de aluminio).
- Una vez que se hayan enfriado, retíralas y tendrás mechas rígidas con las que será mucho más fácil trabajar.
- Para seguir con la elaboración de las velas caseras de aceite reciclado, cuando la cera de soya esté todavía líquida, añádela al aceite reciclado en un recipiente grande y que permita mezclarla con facilidad.
- Incluye también las gotas de aceite esencial que serán las que aportarán el olor a la vela.
- Cuando juntes el aceite y la cera, comprueba que se endurecerá con bastante rapidez, por lo que, si fuera necesario, introduce el recipiente de nuevo en el microondas o al baño maría para licuarlo.
- Con la mezcla completa y líquida, viértela en cada uno de los recipientes que usarás para hacer la vela final y, antes de que se endurezca, introduce las mechas que habías preparado con anterioridad.
- Para sujetar las mechas en el centro de la vela, puedes ayudarte de lapiceros o plumas o, incluso, dos palillos largos son una forma bastante efectiva para que se mantengan firmes y centradas.
- Finalmente, deja enfriar a temperatura ambiente y habrás completado la elaboración de tus velas caseras de aceite reciclado.
Por qué es importante no tirar el aceite usado por el fregadero
Esta es una de las formas más creativas de reutilizar el aceite usado. Otras opciones son convertirlo en jabones caseros o, incluso, en cremas.
Sin embargo, es muy importante que el aceite nunca se tire por el desagüe del fregadero. Los aceites, sean del tipo que sean, son altamente contaminantes del agua cuando llegan al medio ambiente. Esto se debe a que, al pesar menos que el agua, se depositan en la parte superior de los ríos y reservas hídricas. Esto conlleva que el agua no se pueda oxigenar correctamente y, en consecuencia, conlleva la muerte de la flora y fauna de estos ecosistemas.